Creo que cada persona tiene semillas de liderazgo en su corazón que no han aflorado. Sin embargo, cuando haga los cambios correctos, experimentará lo que fue depositado en su interior desde que fue creada.
Servir a la comunidad para que impacte y vea sus sueños cumplirse. Desarrollar hombres y mujeres con valores y principios en el ejercicio de su liderazgo, tanto en el ámbito profesional como personal.
El líder con carácter de servicio no es el resultado de asistir a eventos aislados, sino de ser expuesto a un proceso intencional y consciente para su formación.
El liderazgo de una persona aflora cuando descubre que tiene semillas de liderazgo en su corazón. Un líder de servicio guía a las personas con sabiduría, no por imposición ni porque tenga la posición, sino por la influencia que tiene. Conoce los temperamentos de los miembros de su equipo y sabe resolver los conflictos que se suscitan en el camino para llegar a la meta que debe alcanzar el equipo.
Cuando un hombre y una mujer se comprometen para casarse solo intuyen cómo podría ser su matrimonio. Pero cuando saben el porqué, eso le da un sentido muy diferente a la relación y toman consciencia de sus carencias y de la razón por la que deben mejorar.
Los grandes líderes, buenos o malos, por lo general son el resultado de la presencia o ausencia (física, emocional, económica, etc.) de alguno de los padres. Sin embargo, cuando esos líderes adquieran su compromiso paterno, sabrán diferenciar el por qué moldear a cada uno de sus hijos desarrollando su carácter, habilidades, talentos, aptitudes para relacionarse con los demás, etcétera.
Un líder no nace, se hace.